| |
|
Por Javier Vidal, hotelero Premium Indignado.
Lean con atención los breves pies de las fotos pues en ellos hay mucha información que les podrá ser de utilidad, si deciden viajar a esta paradisíaca isla de Mallorca. |
La Catedral de Mallorca es el icono arquitectónico más singular de la bellísima ciudad de Palma, y muy cerca de ella, en el barrio ahora muy fashion "Sa Calatrava", es donde ha trabajado todos los días y durante solo los últimos 49 años, el máximo artista panadero-repostero de las Baleares: Miquel Pujol Ferragut, al que le rindo este mi humilde homenaje, en su merecidísima jubilación.
Aunque hayáis viajado muchas veces a Mallorca, como hacemos los amantes de la belleza Balear, siempre impresiona volver a recrearse con este edificio singular, cuya construcción empezó en 1306 y acabó en 1601.
El bellísimo portal mayor que está frente a l'Almudaina, enmarcó el fin de esta magna obra en el año 1601.
El rosetón con la estrella de David en su interior de la Catedral de la luz, mide 10,86 metros de diámetro y les recomiendo que lo contemplen en silencio al menos dos minutos y entenderán la razón de mi consejo.
Pasear por el casco antiguo de esta inigualable ciudad turística, es quedarse boquiabierto ante tanta belleza arquitectónica.
Palma de Mallorca, no necesita el apoyo de mi ONG Turística virtual, pero estas imágenes, las dedico a uno de sus ciudadanos más ejemplares: El artista panadero-repostero, "Miquel del Forn", que hasta el 30 de junio del 2012, fecha de su jubilación, hacía las mejores ensaimadas, coques y cremadillos de Baleares.
Ábaco es un lugar prodigioso para tomarse, relajadamente, rodeado de frutas, arte y gente guapa, desde hace décadas, las bebidas más exóticas, muy cerca de su puerto deportivo.
Los muchos vecinos del barrio de Sa Calatrava, están llorando por la jubilación merecida del Maestro Artesano repostero Balear, el Mito llamado Miquel Pujol Ferragut; solo ha estado 49 años al pie de su centenario horno morisco de leña.
Esta es la maravillosa ensaimada de crema que me regaló, además del calor de su conversación, el semidiós hostelero y orgullo Balear, Excelentísimo Sr. Don Miquel Pujol Ferragut, unos días antes de, como los grandes matadores, cortarse profesionalmente la coleta y cerrar su Museo Gastronómico en Carrer Pelleteria, 8.
Este Horno es el más antiguo de Mallorca, pues data de 1565, pero el abuelo de este genial artista, que desaparece tristemente sin descendencia profesional, lo reabrió en 1914.
Todas las celebridades de la beautiful que han viajado alguna vez a Mallorca, como el Archiduque Luis Salvador de Austria, la pareja Chopin-Sand, Rubén Darío, Santiago Russiñol y un interminable etc. han soñado con probar alguna de sus deliciosísimas ensaimadas o cremadillos de hojaldre. Este inigualable artesano, dedicará su merecido tiempo de descanso a vivir, viajar y a seguir estudiando sobre la pasión que era su cotidiano trabajo, pues siempre quiere aprender más.
Me temo que no podrá dejar del todo tanta afición y seguirá obsequiando a sus amigos, de vez en cuando, algún cremadillo o ensaimada, para curarles el síndrome de abstinencia, además de colaborar en una ONG que preparan cada semana un montón de comidas para los más desfavorecidos.
Voy a pedir, en mi Oráculo, larguísima vida para este héroe y ciudadano irrepetible, al que le gustaba mucho tomar, en Nochebuena, viniendo de la Misa del Gallo, la coca de anís, mojada con chocolate muy calentito.
Entre sus más creativas ensaimadas, quiero recordar la de sobrasada y calabaza dulce, tipica de carnaval, la de sabrasada con higos, la de pimientos rojos y lomo de cerdo y la de confitura de tomate, queso blanco y olivada, entre más de 30 especialidades para jamás olvidar.
La polifacética artista Balear, Maria del Mar Bonet, compartía juegos infantiles al vivir cerca del Forn, con mi admirado Miquel Pujol Ferragut y su canción preferida es "La mort de na Margalida".
Durante 49 años (desde los 16) este centurión repostero, sin vacaciones ni descansos, trabajaba desde las 5:30 de la madrugada hasta las 21 horas, al caer la noche; vaya ejemplo que dan conductas como la suya.
Quiero confesarles que el principal objetivo de mi último viaje a Mallorca era conocer a este Prócer "Monarca de ensaimadas, cremadillos, coques, cuartos, empanadas y mejicanos", y tuve la suerte de emocionarme al oírle hablar de su tristeza por abandonar el obrador y a sus fieles clientes, después de "solo" 49 años.
El Colmado Santo Domingo es una tienda-museo gastronómico donde deberán comprar la mejor Sobrasada de cerdo negro que se produce en esta mágica isla, sin olvidar muchísimas más delicatessen que les recomendará su propietario, Pedro Amengol, que es otro genio amante de su profesión de tendero-gourmet.
Si algún miércoles están en la isla, no olviden visitar el mercado rural con animales de Sineu, seguro que les impactará, pues fue instaurado por el rey Jaime II en 1306.
En Sineu, el segundo domingo de diciembre, se exponen las mejores sobrasadas y muestras de matanzas en la Feria de Santo Tomás, y sus famosísimos Capirotes acompañan los Pasos el Viernes Santo y creo, según me dicen amigos, que es todo un espectáculo único.
Este es otro lugar mítico que deberán conocer si viajan a Palma de Mallorca y que casi justifica él solo el gastronómico viaje, fue fundado en 1700. Han abierto una sucursal en la zona comercial pero el más antiguo es C'AN JOAN DE S'AIGO, situado en la calle Sans, 10, que pueden localizar en Internet previamente, y también mandan por SEUR las ensaimadas de cabello de ángel, que están de rechupete. Cierran los martes; ténganlo en cuenta y si van en horas punta tendrán que esperar.
Mi consejo es ir tarde y hacer un pantagruélico almuerzo-merienda, por poco dinero y sin guiris a la vista, ya que no lo conocen aún demasiados.
Las coques de trampo o de guisantes, son una delicia, a solo 1,80 euros cada una.
La empanada de carne es un poco más cara, 2,20 euros, pero no se la pierdan, lo mismo que los robiols de requesón, a 1,80 euros.
Yo me apunté a todo, para hablar con fundamento actualizado, aunque tengo que decirles que soy cliente antiguo y habitual.
Este triplete de ensaimadas me las liquidé con un chocolate calentito, excelentísimo.
Los famosísimos cuartos se toman con chocolate caliente o con helado y vale cada uno 1,40 euros.
Los cremadillos de crema valen 1,80 euros. Están muy ricos pero no se pueden comparar con los que hace mi admirado Miquel Pujol.
El servicial camarero que nos atendió, Anselmo Cardona, flipaba ante todo lo que estaba comiendo.
Luego, cuando le expliqué mi triste destino como Rey informador de los Nindunguis que van a Palma y no se enteran de nada, comprendió mi 'fartura', por exigencia del guión.
Los vasitos de helado a dos euros son para tripitir. Pidan uno de fresa con avellana y otro de almendra y albaricoque, pues son muy digestivos y es una delicia saborearlos.
Como casi no podía andar, me tuve que sentar, en vez de ir a la UVI, en estas terracitas de las muchas que hay en su medieval casco antiguo.
Otra visión de la Catedral de Palma, antes de regresar al Paraíso de playa de Muro.
Les voy a regalar cuatro imágenes de la zona más oriental de la Bandera Azul, playa de Muro; espero que les apetezca bañarse en sus impolutas aguas, sin medusas.
Esta zona de la playa de Muro esta más alejada y tranquila, a medio camino entre Puerto Alcúdia y Can Picafort, que tiene dos playas Banderas Azules más.
Al estar más alejados de Puerto Alcúdia, o alquilan un coche o deberán cenar con los guiris en su hotel.
Los más recomendables son los Iberostar Albufera Park o Albufera Playa.
Última visión de la parte más oriental, y alejada del mundanal ruido, de la Bandera Azul, playa de Muro.
Playa Capellanes, está en el límite oriental entre las Banderas Azules, playa de Muro y la más ciudadana y popular playa de Can Picafort. El hotel con mejor situación en esa zona más tranquila y alejada de Can Picafort es el Platja Daurada.
Vista de la playa Bandera Azul de Can Picafort, que está a 4 km de playa de Muro y a 8 de Puerto Alcúdia. El mejor restaurante de Can Picafort se llama Mandilego y al ser pequeñito, les recomiendo que encarguen mesa uno o dos días antes y olvidándose de la carta, pidan a su profesional propietario que les compre algún pescado recién salido del mar, y disfruten el momento, pues con esta Crisis horrible no pueden comprar productos caros y perecederos, excepto por encargo, y hay que ser Solidarios con mis amigos hosteleros, que las están pasando canutas.
En la zona más oriental de Can Picafort está la impoluta playa, también Bandera Azul, de Son Bauló.
El único problema que tiene, si van con niños, es que cubre el mar enseguida y eso es una desventaja para la tranquilidad de los padres.
Pero si son buenos nadadores lo pasarán de maravilla, pues está al lado de una zona virgen y salvaje, sin edificaciones.
| |
