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Por Javier Vidal, empresario hotelero catalano-asturiano y técnico turístico que os regala siempre alguno de sus secretos viajeros, fruto de las innumerables experiencias, Urbi et Orbi, que la Diosa Fortuna me ha permitido vivir.
El eslogan publicitario oficial de la amplísima, bellísima y cuidadísima zona portuguesa del Alentejo es una verdad absoluta "Tiempo para ser feliz", su vivo corazón histórico está en su capital Évora, que con poco más de 40.000 cultos y amables habitantes, atesora una Sublime y Misteriosa Magia que iréis descubriendo cuando recorráis sus artesanalmente adoquinadas callejuelas de origen morisco-medieval, con la devoción y sorpresa que se esconde en cada uno de sus rincones.
Évora fue orgullo en la Época Dorada, siglos XV y XVI, de nuestra nación hermana, además de Residencia Real y donde se casó en 1490, con el Príncipe heredero Alfonso, la bellísima y desafortunadísima princesa Isabel, hija de los Reyes Católicos, llegando durante un año, poco antes de morir, a ser Reina de Portugal. Es muy recomendable leer su triste y sorprendente historia, ahora que todo está en Google.
El famosísimo navegante-descubridor de la Ruta a la India, Vasco da Gama, tuvo el buen gusto de dejarse seducir por su urbano encanto y residir durante tres años en Évora, que estoy seguro les impactará, con su pasado romano, visigodo, musulmán, judío y portugués, a flor de piel.
Otros monumentos que es fundamental conocer, aunque no he querido fotografiar en mi resumido álbum, son: El Museo de Évora, la Iglesia de San Francisco, los azulejos de la Iglesia del Monasterio de Lóios (hoy reconvertido en romántica Pousada), la segunda Universidad más antigua de Portugal, la Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia, la Ermita de São Bras, el Convento de Espinheiro, situado a 3 km y ahora transformado en un lujosísimo hotel 5*, sin olvidarnos que a doce kilometros, en una dehesa rodeado de alcornoques, está el Recinto Megalítico dos Almendres, que con 95 menhires y del 6000 a.C. es uno de los mas antiguos del mundo.
Mi lista de restaurantes de cocina alentejana, con buen nivel y un precio medio por persona de 35-55 euros, empieza con mi favorito: el Luar de Janeiro; 2º Dom Joaquim; 3º O Fialho; 4º la romántica Pousada de Lóios y 5º, mucho más barato (25-30 euros por persona, incluyendo bebidas), sencillo, sin lujos, pero no exento de calidad, la típica Adega do Alentejano; todos cercanos del delicioso hotel 5*, M’Ar de Ar Aqueduto, donde espero alojarme otra vez, cuando mi afortunado destino me permita volver a visitar esta Ciudad sencillamente subyugante, a la que dedico, este mi humilde homenaje, desde mi web ONG Turística Virtual, que tiene más de 500.000 visitas anuales.
En el importantísimo, al menos para mí, capítulo de postres y típicas confiterías, les recomiendo encarecidamente visitar, varias veces, la emblemática Pastelaria Conventual Pão de Rala, situada en el nº 47 de la Rua do Cicioso, que se inicia muy cerca de los Jardines del Palacio de Dom Manuel y que pueden ver en Google Maps. Probar su postre estrella, el Pão de Rala, es más que una experiencia gastronómica, que solo justifica para cualquier mediano gourmet, la escapada a la Capital historica del Alentejo.
La Encharcada do Convento de Santa Clara de Évora es otra famosísima receta dulcera portuguesa que hacen muy bien en Mourão y Beja, aunque la que me comí en la famosa Adega do Isaías en Estremoz, me dejó patidifuso, y casi soy un experto en este delicioso postre Conventual, a pesar de mi pasado infiel y sarraceno. En un próximo álbum alentejano, espero que disfruten a mi lado con la foto de esta delicatessen.
La antiquísima Pastelaria-Café Arcada, en la superpopular y centriquísima Praça de Giraldo, nombre del héroe portugués que expulso a mis primos musulmanes de Évora, es también otra superturística visita obligada para, seguro, repetir.
Pregunten en la Catedral por la Virgen, Señora de la O, y por la vieja costumbre de tocar la campana cuando nacía un niño en la Ciudad.
Los embutidos de Portalegre, el jamón serrano de Barrancos, las quesadillas de Évora, la tarta sericaia de Elvas, las variadas cerámicas, los vinos del Alentejo (me encantó un sencillo, suave y riquísimo vinho branco alentejano, del año 2011, que se llama Vinha do Mouro y se elabora en Estremoz), el aceite de Moura, las alfombras de Arraiolos o recuerdos elaborados con el corcho de los alcornoques, ya que son el primer productor mundial; son muchas de las cosas interesantes que deberán comprar.
En la excelente web oficial www.visitalentejo.pt encontrarán todo tipo de informaciones prácticas para preparar una memorable Excursión a este Paraíso colindante con nuestra también inigualable y desconocida Extremadura, de la que soy un fiel Adicto. |
El Aqueduto da Água da Prata fue la mayor obra hidráulica realizada en el siglo XVI, con una longitud de 19 km, sustituyendo a otro romano anterior que proveía de agua a Évora. Sus mayores arcos alcanzan una altura de doce metros y fue declarado Monumento Nacional en 1910. Es una gozada contemplarlo desde la piscina o los relajantes jardines del buenísimo hotel 5*, M’Ar de Ar Aqueduto, que también está colindante con las antiguas Murallas.
Vista parcial del granítico Claustro gótico de la Catedral "Sé", dedicada a Nuestra Señora de la Asunción.
Pasear junto a las Murallas de Évora, acariciando la noche, es una excitante emoción, si se alojan en el hotel M’Ar de Ar Aqueduto un mínimo de tres noches, para darse una pequeña idea de las razones que tuvo la UNESCO en 1986, para declarar su Centro Histórico, Patrimonio de la Humanidad.
El Templo Romano o Templo de Diana, siglo I, es uno de los mejor conservados de la Península Ibérica. Sus columnas de 7,68 metros de altura siguen siendo el foro y punto dominante de la acrópolis y su contemplación relaja, con su atractivo, a todos los innumerables visitantes de esta maravillosa ciudad.
Cenar en esta mesa, situada junto al Lavabo del Claustro y a la puerta de la Sala do Capitulo, del Monasterio de los Lóios, ahora reconvertido en lujosa Pousada, es algo más que una romántica experiencia histórico-gastronómica.
Pórtico de la Catedral de Évora, construida en 1186 sobre el emplazamiento de una mezquita de mis ascendientes musulmanes. Las estatuas labradas en mármol, representan a los Apóstoles, presididos a ambos lados del portón, por San Pedro y San Pablo.
Una de las miles de vistas electrizantes del centro histórico de esta inigualable ciudad de Évora. Si son aficionados a contemplar Arte con mayúsculas se quedarán prendados de este Patrimonio de la Humanidad y una semana es el tiempo mínimo para relajadamente hacer también excursiones por el resto del Alentejo.
La Fuente das Portas de Moura es una esfera de mármol blanco que tiene cuatro refrescantes caños y está en una de las Plazas más emblemáticas de la ciudad, rodeada de mansiones de las familias nobles, más poderosas e influyentes.
Esta ventana, de la hidalga Casa de los García de Resende, es uno de los ejemplos más fotografiados del estilo arquitectónico portugués llamado "Manuelino" y está situada al fondo de la Plaza de la Puerta de Moura.
Jardines públicos junto al Palacio de Don Manuel, que fue Residencia de varios reyes de Portugal.
Detalle de Pórtico "Manuelino-mudejar" del Palacio de Don Manuel.
Terrazas hosteleras en la centriquísima Plaza de Giraldo, donde se ajustició en 1483 a Fernando II, duque de Braganza.
Detalle del Claustro de la Catedral, una mañana de un luminoso día de Octubre del 2012.
La fuente Henriquina, de 1571, está confeccionada de un solo bloque de mármol que procede de Estremoz y hasta ella llegaban las aguas del emblemático Acueducto da Água da Prata. Al fondo se ve la Iglesia de Santo Antão, dedicada a San Antonio Abad.
Visión vespertina de la fuente Henriquina en la popular Plaza de Giraldo, centro neurálgico de la histórica ciudad de Évora.
Bellos edificios porticados en la Plaza de Giraldo, al atardecer.
Tenía muchas ganas de probar, en el restaurante Luar de Janeiro de Évora, la Sopa de Bacalhao con ovos escalfados, que es una especie de bullabesa que se sirve con caldo y rodajitas de pan. La abundante ración para dos personas valía 30,50 euros y estaba deliciosa. Yo disfruto la suerte desde hace muchísimas décadas, debido a mi pasión gastronómica y turística, de poder viajar mil kilómetros o más con el único y gran motivo de saborear un plato nuevo o fotografiar un nuevo paisaje, pues controlo el tiempo y mi libertad. Saben también de sobra, que la gran Crisis creada por el megainepto sociata Sr. Zapatero, que en el año 2010 nos endeudó a todos con 1850 euros, para ayudar a la asquerosa Banca especuladora, judía y Botinera; y rematada por su homónimo boborolo y funcionario pepero, el Sr. Rajoy, profesionales ambos de la política sin responsabilidad penal alguna, sencillamente me la Refanfinfla y trato de consumir al máximo, para humildemente contrarrestar tanto acoyonamiento ciudadano que está parando totalmente España.
No voy a incluir en este mini-álbum de Évora más fotos de platos de la típica gastronomía alentejana para que una amiga de mi mujer no le diga que si pasamos todo el día comiendo cuando vamos de viaje, sin darse cuenta que hay muchos aficionados, como yo, a la buena Gastronomía, sea de donde sea, siendo una motivación turística fundamental. En la foto les muestro la sopa de Bacalhau, ya preparada por mí en el plato, con las rebanaditas del pan en el fondo, acompañadas con el caldo del pescado, con patatas, tomate, el huevo escalfado y el bacalao en laminas limpias, sin piel ni espinas, pues para eso soy un microcirujano culinario 9º dan desde el siglo XIII, queridos seguidores y envidiosillos detractores chupópteros y sobrantes carísimos de la mamadera política, a cuenta de la ruina nacional; cabronazos. Otros platos que probé en el buen restaurante alentejano Luar de Janeiro fueron: el arroz de bacalhau, el caldo verde, las migas de espargos con carne de porco preto y un delicioso presunto pata negra, con melón.
Foto de uno de los postres que más me gusta del Alentejo y que preparan de maravilla en el restaurante Luar de Janeiro, a pesar de que procede de Vila Viçosa, se llama Sericaia y ellos la preparan con ameixas (ciruelas), mi segunda pasión dulcera es la encharcada, cuya foto les mostrare en otro próximo álbum, sin olvidarnos la visita, fundamental, a la Pastelaria Conventual Pão de Rala (Rua do Cicioso, 47), para probar el postre más típico y calórico de Évora, el Pão de Rala, al que los huevos, la almendra, el azucar, la celestial harina y el doce de chila o cabello de angel, le dan un sabor de otra galaxia y que en las cajas al comprarla, colocan como complemento unas aceitunas de chocolate, para perder el sentido y la triste figura, quien aún la posea, apreciados mindunguillos, fieles seguidores de mi esotérico y vivificador Blog, denuncia política y turística.
Vista de las murallas que rodean la parte alta de la villa histórica de Estremoz, que está a 42 km de Évora y con la próxima Vila Vinosa es una muy recomendable excursión que les llenará, levantándose temprano, todo un día. Rodeada de olivos, vides y alcornoques, su colorista cerámica con la que elaboran originalísimos pesebres, que tienen al menos 50 figuras, es un regalo que seguro compraran. Tiene también muchos Monumentos Nacionales, entre los que destaco el Museo de Arte Sacra, el Claustro de la Misericordia y el Convento de San Francisco, situados en la ciudad baja, rodeando la típica plaza Rossio Marqués de Pombal. Los azulejos que decoran las escaleras interiores del Ayuntamiento son sencillamente una pasada. La muralla de 1258 que rodea la parte alta y vieja de Estremoz llegó a tener 22 torres defensivas.
La Torre del Homenaje, de planta rectangular y 28 metros de altura, también se llama Torre de las Tres Coronas, en honor a los tres monarcas que participaron en su construcción, Sancho II, Alfonso III y Dinis I. Actualmente es parte de un lujoso hotel, llamado Pousada Da Rainha Isabel, de Aragón, que era esposa del rey Dinis I y fue cononizada en 1625. La Iglesia de Santa María, el Palacio Real de Don Dinis y la Antigua Casa de la Cámara, completan los monumentos de la Ciudad Alta. Lean en Internet ‘El milagro de las rosas’ de la Santa reina Isabel, una mujer Ejemplar, de donde deberían aprender los Borbones con licencia para embarazar y sus acólitos, Infantita y Urdangarines trapalones.
Foto de la sencilla y popular sopa llamada ‘Açorda alentejana com ovo escalfado’ que probé en el restaurante más famoso y no muy caro de Estremoz, se llama Adega do Isaías y es una visita obligada. Me costo 3 euros con el abusivo 23% de IVA incluido, cuando los hospedajes tienen un razonable 6%. Para dar mas sabor al caldo acostumbran a cocer previamente el bacalao que utilizan en otros platos, en él, para darle más fundamento. Luego se le añaden las lonchas de pan duro, el ajo machacado, el cilantro-menta poleo y escalfan al final el huevo; una delicatessen que alimenta y otorga Dignidad a las clases más humildes, que sufren de pie su durisima Crisis. Algunos restaurantes añaden en el fondo tiras de pimientos verdes y aceitunas.
La ‘Encharcada’ es el dulce Conventual que nunca amarga. La más famosa es la del Convento de Santa Clara de Évora pero la que preparan en la Adega do Isaías es de las que jamás gourmet alguno pueda olvidar. No olviden visitar, a 17 km en Vila Viçosa, el apabullante Palacio Ducal, refugio vacacional de los Duques de Braganza, que fueron la Cuarta y última dinastía de la Monarquía portuguesa, que reinaron desde 1640 al 5 de octubre de 1910, en que se instauró la República. Busquen en Internet información sobre una bellísima mujer llamada Florbela Espanca, reina muerta muy joven, del movimiento feminista en Portugal.
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