Por Javier Vidal, analista e investigador turístico noveno dan, que después de once años, he vuelto a Chiclana de la Frontera a visitar a mi hermano y su familia gaditana, alojándome en el Hotel Meliá Sancti Petri, pues recordar experiencias, queridos amigos, es siempre volver a vivir.
La Bandera Azul playa de La Barrosa, que está unida a los arenales de Novo Sancti Petri, playa del Puerco y playa de Roche, con sus más de ocho kilómetros de extensión, es uno de los mayores orgullos medioambientales de Andalucía y de España entera.
La protección de su Sistema Dunar ha sido perfecta, bajo la vigilante y ordenada mirada de la Demarcación de Costas, dentro del antiguo Ministerio de Obras Públicas y Medio Ambiente.
Los 13 grandes hoteles de cuatro y cinco estrellas que se han construido alrededor de esta maravillosa playa son un claro y buen ejemplo del mejor Urbanismo Turístico, en contraste con tantísimas vergüenzas inmobiliarias que han destruido muchísimos paisajes idílicos cerca del mar español.
Una región como la preciosa Andalucía, que tiene un 35% de su población activa en Paro, debería desde la Inversión Pública construir un mega-centro Tálaso-Balneario, en esa misma zona de Novo Sancti Petri, que potenciara el empleo y la ocupación hotelera y residencial durante los largos meses de temporada baja en que Cádiz sigue teniendo un clima muy privilegiado y que, además, sería el complemento perfecto para los cada vez menos días en que el fuerte viento de Levante trata de molestar al lícito esparcimiento playero.
Cuando no hay inversión privada y el ciudadano ya no puede comerse ni las uñas, los fondos públicos están obligados a ser los únicos motores de una región condenada a la miseria o a la muerte por inanición.
El efecto multiplicador que siempre han tenido en poblaciones totalmente desconocidas la inauguración de un Parador de Turismo son ahora mas necesarios que nunca y Fondos Públicos, haberlos haylos, solo hace falta reclamar los más de 110.000 millones de euros que se han ¿Prestado o malversado? en ayudar a una Banca botinera, trapalona y abusona, que habría que dejarla quebrar de una puñeterísima vez, como he repetido hasta el infinito en mi contestatario y clarificador Blog, Denuncia Política y Turística.
He tenido la suerte de conocer, disfrutar y admirar, casi desde la época fenicia, hace 3000 años, el Templo dedicado al Dios Melqart, protector de los navegantes y el comercio, sumergido cerca de la ahora isla de Sancti Petri, que estaba unida por tierra con Gadir y que en el año 392 d.C. desapareció por un maremoto, aunque posteriormente se construyó un Castillo para defender a Cádiz de ataques marítimos, berberiscos, ingleses, holandeses, franceses y otros corsarios independientes, como yo, sin patria ni bandera.
He tenido la fortuna de recorrer con tranquilidad y tiempo, hace ya muchas décadas, sus inigualables Pueblos Blancos y sentir el atardecer en el equinoccio de otoño, con los pies desnudos sobre la arena de la playa de la Fontanilla, en Conil, mientras en el buenísimo y sencillo restaurante chiringuito Casa Francisco (www.franciscofontanilla.com), pegadito al mar, me esperaba una insuperable Urta al horno, con mayúsculas, (y como saben todos, es mi pescado gaditano favorito), cerca del buen hotel 4* Fuerte Conil, y así pueden ir a cenar andando.
Años más tarde mi hermano Fernando Vidal León, que siempre ha sido un científico y currante ingeniero aeronáutico de tomo y lomo, que se jubiló como subdirector de la empresa EADS-CASA, después de digerir la privatización de 1999, incorporándose en el Gran Consorcio Aeroespacial Europeo y como parte de un buenísimo grupo directivo de amigos ingenieros salvaron su empresa y siguen manteniendo una razonable carga de trabajo que les garantiza durante unos años un futuro brillante.
Ahora, ya jubilado, se preocupa de mantener impoluta su piscina, cuidar el jardín y su huerto de las especies, además de coordinar su buena vida familiar, ayudando como abuelo a las más pequeñas que les muestro en una foto personal y aunque durante la semana vive con su hija Guadalupe en su piso de Cádiz, su otra hija Mari Mar, a la que le encanta el campo, tiene una casa pegada a la suya en Chiclana de la Frontera, cerca del lugar donde se libró la histórica batalla de Chiclana en 1811, derrotando al invasor ejército francés con la ayuda de tropas amigas (en ese momento) anglo-portuguesas, que fue el preludio de otro hecho Singularmente e Históricamente Honroso, en el año 1812, en que vio la luz la Primera Constitución de España, en Cádiz, algo que nadie debería nunca olvidar o desconocer.
Afortunadamente, para celebrar el segundo centenario de la Primera Constitución de España se restauró el Castillo Medieval defensivo en el islote de Sancti Petri, ahora visitable y donde se celebran unos sensibles y mágicos espectáculos de danza “Ninfas al atardecer”, coincidiendo con unas Puestas de Sol que hasta Aníbal y Julio César quisieron vivir en directo, bajo las columnas de bronce del templo de Hércules, donde se acababa el mundo conocido.
Muchos barcos naufragaron cerca del Castillo de Sancti Petri, en la peligrosa barra que protege el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, que es una Joya medioambiental única.
En el superfashion restaurante El Timón de Roche, propiedad del portero del Sevilla Superpaco, compañero de la selección olímpica de fútbol con el actual seleccionador Vicente del Bosque, cenamos una Urta al horno de casi tres kilos, que nos supo a gloria, como las que hace muchísimo tiempo, según me decía mi hermano, tomaban en Conil, con nuestra madre y abuela, recién pescada en los artesanales barcos de pescadores, sin pasar por rula o subasta alguna, pues eran otros maravillosos tiempos, que desgraciadamente nunca volverán.
La gran Crisis, creada por los incompetentes políticos socialistas y peperos, me llenó de tristeza al ver un viernes casi todas las mesas vacías de este rincón hostelero singular, en la zona gaditana más exclusiva de chalets de Roche.
Las tortillitas de camarones y de gambas frescas, que nos preparo en su chalet mi cuñada Luci, superaron por mucho las que solíamos tomar en el Faro de Cádiz, que sigue siendo el restaurante de referencia de la Tacita de Plata.
Tengo muchísimas imágenes preciosas de Cádiz pero sus autoridades turísticas lo hacen bastante bien y no necesitan por ahora mi ayuda, para conseguir cada año, miles de nuevos visitantes.
La Bandera Azul playa La Barrosa es una Maravilla y el hotel Meliá Sancti Petri sigue atesorando un altísimo nivel hotelero que vende a unos precios ridículos por esta gran depresión que sufrimos todos y, mucho me temo, que las tendrá que pasar canutas si quiere mantener el hotel abierto, durante los largos meses de temporada baja y vacas flacas.
Les deseo la mejor de las suertes y mi único apoyo es mostrar en mi web ONG Turística virtual, unas justicieras imágenes de la playa La Barrosa y de sus relajantes jardines que, espero, les motiven para pasar unos días en el hotel Meliá Sancti Petri, donde desayunar o cenar en su patio nazarí es algo más que una inolvidable y barata experiencia.
Este pequeño álbum turístico-familiar dedicado al Lugar Mágico de la playa La Barrosa y al Castillo de Sancti Petri se lo dedico a mis queridas sobrinas gaditanas Guadalupe y Mari Mar, que es, también, una potencialmente gran fotógrafa, como, dice, es su tito, el corsario e infiel abencerraje, Rey de los mindunguis. |