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Hola amigos míos; a través de 11 fotos y de los pequeños comentarios que las acompañan, voy a tratar de descubrirles algunas de las innumerables sensaciones naturales que esconde esta Mítica Ruta de 12 Km. del Desfiladero del Cares entre Poncebos en Asturias y Caín en León. En el guión previo les doy los nombres claves para que investiguen en Internet sobre su significado. Un recorrido virtual, mucho más extenso que el mío en fotografías, es el de la Ruta del Cares realizada en 2004 y 2005 por el Grupo de Montaña de Infiesto,
www.vizcares.com, complementando la parte gráfica de la Divina Garganta, como la llamó el excelente fotógrafo y Marqués de Santa María del Villar, a principios del S.XX, apabullado por su agreste belleza. La Canal y la Senda a Caín fue construida entre 1916-1921 por Electra de Viesgo para dar servicio a la Central Hidroeléctrica de Camarmeña-Poncebos. Entre 1945-1950, se reacondicionó para su uso senderista turístico y es la obra de 500 titanes y rústicos, casi-equilibristas montañeros de los Concejos de Valdeón y Cabrales y en la que dos de ellos murieron. Les recuerdo que Gregorio Pérez "El Cainejo", que escalaba descalzo, fue la primera persona acompañada de D. Pedro Pidal "Marqués de Villaviciosa" en subir, el 5 de Agosto de 1904 al Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu, de 2519 metros. En esta foto y en las 6 próximas, van a vivir a mi lado, las sensaciones del Desfiladero del Cares en un antiguo camino de 3 Km. que no se utiliza por su peligrosidad por el riesgo de desprendimiento de piedras y que desde Poncebos en 1922, pretendían construir para llegar hasta la Presa de Caín, de donde toman el agua para la Central, pero la falta de presupuesto hizo que abandonaran el proyecto.
La Ruta del Cares, son 12 Km. que en plan tranquilo se recorren en 3 horas. La única parte un poco dificultosa es al principio cerca de Poncebos, después de atravesar un pequeño túnel y al poco desviarse a la derecha, para ascender en 50´ los 3 km, que desde los 220 metros de Poncebos nos lleva hasta los 500 m. de cota de Los Collados, que es la máxima altura de la Ruta, ya que luego es totalmente llana, descendiendo hasta los 460 m. de Caín.
Hace años en este tramo inicial había mucha piedra suelta que incomodaba su andar, pero las sucesivas obras de mejora y protección para evitar derrumbes, han eliminado el pequeño problema. Con todo es una subidita para la que hay que estar un poco preparado y ayudarse con dos bastones de apoyo, como siempre recomiendo para evitar caídas y torceduras. Mi consejo es dividirla en dos mitades para andar un máximo de 3 horas (ida + vuelta) en dos días, iniciándola desde Poncebos y desde Caín, o salir pronto desde Poncebos y si están preparados, en 7 horas hacer ida + vuelta. Otra opción es quedar en Caín con algún medio de transporte para que les lleve de regreso hasta Arenas, donde hubieran dejado su coche, acercándose a Poncebos en autobús.
Como saben, Poncebos está a 6 Km. de Arenas. A 2 Km. de la Central de Puente Poncebos, han construido un nuevo parking para 50 coches, que enseguida se llena, no pudiendo aparcar como se hacía antes en el arcén de la carretera. En Agosto la mejor solución es quedarse en Arenas y por 3 € coger los autobuses, que desde 9.30 AM hasta las 8.30 PM cada hora, van y regresan. Este antiguo camino junto al río Cares, por el que pretendían llegar a Caín hasta que se quedaron sin cuartos, es peligroso, como les decía antes, ya que la Ruta del Cares asciende por encima hasta Los Collados y es fácil que caigan piedras y puedan lesionarse. Yo he corrido el riesgo por Ustedes y he vivido la emoción de sentir sobre mi cabeza los 1.300 m. de altura del pétreo Murallón de Amuesa.
Los deportistas de alto riesgo como este que va precediéndome en el increíble camino junto al Cares, después de 3 Km. ascenderán por un empinado y peligroso pedregal, ya que hay mucha piedra suelta, hasta reencontrarse con la Ruta del Cares al poco de descender los 50 metros de cota que hay desde el alto de Los Collados a 500 m. de altura a La Puntilla. Los que hacen el recorrido ida y vuelta desde Poncebos, después de andar casi 5 horas seguidas, se encuentran ya cansados con ese desnivel ascendente de 50 m. al que le llaman La Puntilla.
Durante los meses cálidos y soleados, las rocas calcáreas grisáceas del Desfiladero recalientan el ambiente, por lo que les recomiendo madrugar para evitar las horas centrales del día y llevar gorras de alta protección solar y muchas bebidas energéticas para rehidratarse con frecuencia.
Uds. irán 250 metros encima de mí, que es por donde discurre la Ruta del Cares, pero el Desfiladero desde abajo es impresionante. Hace unos días, uno de los miles de seguidores que tengo la suerte de tener, me escribía y me decía con una imagen, que la Ruta discurría en altura y no junto al río, pues estás explicaciones tan detalladas no las daba en los anteriores pies de foto, a expresas, sin miedo a que nadie se perdiera, ya que La Ruta está clarísimamente señalizada y los empleados de Parques Nacionales están al quite para que nadie se despiste y corra innecesarios riesgos. También hay un cartel que indica la peligrosidad del camino en el que me encuentro.
Yo tengo la gran suerte y Uds. también la disfrutan, de poder escoger los días de la semana que no sean sábados, ni festivos, para vivir el lujo de la Naturaleza casi en soledad y por supuesto con buen tiempo, ya que desde hace muchísimos años tengo la fortuna de trabajar en lo que me apetece para poder comprar el tiempo libre que deseo.
Como les decía, la Ruta del Cares, la recorren cada año más de 200.000 personas y de momento aún nos se les ha ocurrido a ninguno de nuestros gobernantes cobrar un nuevo impuesto por disfrutar andando por esta inigualable Senda. Tanto en Caín como en Poncebos, venden por 3 € un Certificado con sellos que acreditan su experiencia vivida, pero les recuerdo que la Ruta por la Divina Garganta del Cares, no debería ser un récord más para contar, sino un humilde, agradecido y corto camino de aprendizaje para amar y respetar la Naturaleza.
El Cares es para mí un río hada embrujado, que me tiene completamente seducido desde hace muchos años. Para la gente mayor como yo, pero menos preparada físicamente, les recomiendo que se alojen en alguno de los sencillos y limpios establecimientos hoteleros de Caín y aunque sea en pleno verano, si madrugan podrán recorrer casi en completa soledad y sin ninguna dificultad la Ruta hasta que se cansen de tanta belleza natural, regresando a su alojamiento para, al atardecer, reemprender otra vez la ceremonia ritual del enamoramiento. No me pregunten qué parte del Desfiladero me gusta más, la apabullante y más abierta asturiana o la impactante y recoleta Leonesa; ya que llevo casi siglos practicando la poligamia, con mis amantes de La Naturaleza.
Antes de abandonar la parte Asturiana del Desfiladero del Cares y acercarme a Caín, les recomiendo que en otra ocasión suban andando en una horita desde Poncebos al Monumento y Mirador al Picu Urriellu de Camarmeña, pues aunque es una carretera asfaltada y se puede subir en coche, se las van a ver canutas para dar la vuelta como tengan la casi segura mala suerte de encontrarse con otro coche. Y aunque suban en funicular a Bulnes no se olviden de sentir en el histórico y medieval Puente de La Jaya, cómo fluye el impoluto y salmonero río Cares bajo sus pies.
La Naturaleza Astur nos brinda la posibilidad gratuita de enriquecer y llenar de paz nuestras vidas y yo disfruto muchísimo tratando de ayudarles para que lo consigan.
Si desde Poncebos, incluso con sus hijos de más de 8 años, que ya andan un poquito, se animan en 50´ ida, a subir hasta los 500 metros de altitud de Los Collados, que es la máxima cota de la Ruta del Cares, les garantizo que las vistas de los pétreos farallones grisáceos del Murallón de Amuesa, les dejarán boquiabiertos o flipados según la edad que tengan.
Como se darán cuenta por las fotos, la Senda está en muchos tramos excavada en la roca, por las obras de canalización de las aguas del río Cares para la central Hidroeléctrica de Puente Poncebos en el año 1917, ya que antes esa Ruta junto al río, era inaccesible.
La mayoría de los 71 túneles fueron excavados a mano, excepto el último de 2.227 metros, que salva Los Collados antes de llegar a Camarmeña, en que utilizaron compresores.
Como les decía, fue una obra Increíble realizada por 500 Titanes cainitas y cabraliegos, casi sin más medios que su coraje y valentía.
Los accesos a la bellísima aldea de Caín mejoraron mucho desde julio del año 2006, con el ensanche del tramo de una carretera que en sus últimos 800 m. era muy estrecha y peligrosa. De ahí el dicho popular "los de Caín no se mueren, se despeñan", cosa que milagrosamente nunca sucedió.
Yo recuerdo hace muchos años, ver cómo un conductor, presa del miedo, no se atrevió a mover el volante, quedando como petrificado y tuvieron que ayudarle a sacar su coche de la ratonera que era el último tramo antes de llegar a Caín. Ahora es casi una autovía recrecida sobre el mítico río.
Aunque en mi página sólo recomiendo alojamientos y restaurantes en Asturias, teniendo en cuenta que la aldea de Caín dependía de la Casa de Junco de Ribadesella, haré una excepción. En Caín duerman en el Hostal la Ruta, tel. 987 742 713 y coman ahí o en Casa Cuevas, tel. 987 742 720 y en Posada de Valdeón alójense en el Hostal Cumbres, tel. 987 742 710, o en el Centro de Turismo Rural Picos de Europa, tel. 987 740 593, y coman en el rest. Begoña, tel. 987 740 516, o en el Hostal Cumbres.
Otros símbolos de esta mítica Ruta son: el Mirador-Monumento al Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu en Camarmeña, el puente medieval de La Jaya sobre el río Cares por donde asciende el camino hacia el pueblecito de Bulnes, el Chorco o Fosa de los Lobos, la Ermita de Corona donde se dice que D. Pelayo fue coronado rey de los Astures y el Mirador del Tombo con su Monumento al Rebeco y una mesa donde se señalizan los Picos de Europa, que están a la vista. Otro lugar mágico, además del Desfiladero del Sella o de los Beyos, es la Majada de Vegavaño en los límites entre Asturias y León, donde nace otro mito; el río Dobra y se inicia la Ruta del Arcediano hasta el idílico pueblo de Amieva en Asturias. Se accede a la misma por una buena pista en una hora de andar desde la bella aldea de Soto de Sajambre a través de un más que encantado bosque.
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