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La niebla que rodea los montes del embalse truchero de Pilotuerto, AS-15, Km. 37,5, GPS: 43º 17’ 27” Norte & 6º 26’ 0” Oeste nos da la bienvenida, antes de entrar al concejo de Cangas del Narcea que está a 20 Km. de aquí, para saborear más si cabe la hechizante y suave ruta de Besullo a Pomar de las Montañas. Les recomiendo la parada en el Bar tienda Casa Enrique, Tel. 985 801 153, para probar el tentempié de los pescadores, un buenísimo bollo de pan con chorizo y tocino de confianza, con los sabores ancestrales de esta zona.
Nada más cruzar el puente en Cangas del Narcea, desvíense a la derecha por la CN-1 y después de un paisajístico recorrido de 17 Km. con comodidad, ya que es buena carretera llegarán al rincón paradisíaco de Besullo, donde se inicia la ruta PR-AS 168 hasta Pomar de las Montañas. Les recomiendo que se alojen en la Casa de Aldea “Antón de Bartuelo” tel. 985 921 664 donde previo encargo pueden comer potaje de berzas, patatas con costilla, fabada o pollo de casa guisado y de postre, además del arroz con leche, unos deliciosos frixuelos o tarta de galletas con chocolate. El alojamiento además de nuevo, está guapísimo. En una de las fotos siguientes les hablo de la Taberna Restaurante rural La Panera, tel. 985 811 302.
Foto del inicio de la comodísima ruta, ya que transcurre por una pista junto al río y que les acercará en 50’ a la joya de la arquitectura rural de Pomar de las Montañas. Pueden ir fenomenal hasta con el carrito, si tienen hijos pequeños pero no les permitan que toquen o corten estas bonitas flores moradas en forma de campanas que hay a lo largo de las zonas más húmedas del camino, ya que son muy tóxicas. La planta que sale en la foto es la Digitalis Purpurea, tan venenosa como el Acónito azul o matalobos, por lo que los pastores vaqueiros las mezclaban con carne y lobo que la comía, en cinco minutos dejaba de existir, las leyendas nos la citan como medida de protección contra los hombres lobo.
Esta ruta es maravillosa en cualquier estación y con cualquier tiempo, incluso con la nieve del invierno, pero tiene un especial encanto cuando la niebla baja del monte y nos acaricia con su compañía. En Besullo, nació en 1903 el insigne dramaturgo y comediógrafo Alejandro Casona. En su libro de prosas infantiles “Flor de Leyendas” recoge sus imborrables recuerdos del niño que vivió en este paraíso perdido hasta que cumplió los cinco años y sus padres se trasladaron a Villaviciosa.
Como el recorrido virtual no necesita explicación, les recordaré que, previo encargo al menos dos días antes, reserven mesa y comida en la Taberna Restaurante rural La Panera, tel. 985 811 302 o 629 147 471. Su joven propietaria y excelente guisandera Carmina prepara de maravilla las croquetas de jamón de casa, el arroz con pollo, el cordero o el pollo de aldea guisados, el pote, la fabada o el lacón cocido. Si les gustan las verduras pregunten por las que tiene en su huerta y de postre tarta de avellana y requesón casero con miel, arroz con leche y flan. Los entremeses caseros con cecina, jamón, chorizo, lomo y salchichón, justifican muy sobradamente la escapada gastronómica. Repetirán la visita seguro.
El río de Pomar que nos acompaña hasta el final de la ruta, nos obsequia además de su inigualable sonido, con una preciosa cascada que he preferido que descubran por ustedes mismos. La propietaria de La Panera, es una promotora incansable para que conozcan toda la historia de este increíble rincón repleto de leyendas celtas y vaqueiras que previamente deben de buscar en Internet. Su bisabuela llamada Paquita de Xó, era una mujer culta e independiente, a la que por sus mayores conocimientos, unido a la ignorancia de la época, tejió a su derredor un áurea de magia o brujería de uso agrario cotidiano, muy útil para encontrar, con sortilegios a San Antonio, alguna vaca perdida en los bosques, o curar con recetas naturales a base de hierbas alguna dolencia o mal de sus vecinos.
Ya casi al llegar a Pomar de las Montañas a su izquierda verán esta obra de arte natural para saciar su sed. Otra de las leyendas vivas de Besullo es el artista Ferrero Tino de Payarín. Algunos días de la semana en el Mazo d’Abaxo junto al río, imparte doctos consejos en minicursillos de fragua y forja. Aunque hay restos del castro celta origen de esta increible aldea les recomiendo visitar el próximo castro de San Chuis en San Martín de Beduledo para entender algo más de la historia de esta zona.
Aunque las casas de Pomar de las Montañas están casi abandonadas hay un proyecto de inversión privada turística para reconvertirlas en un mini-resort rural de lujo que ayude a revitalizar este Lugar de Importancia Comunitaria. Espero que sepan potenciar y conservar este gran tesoro etnográfico.
Es muy difícil a través de estas fotos transmitirles todas las emociones vivenciales que sentirán cuando las vivan en directo; pero espero al menos haberles ayudado a motivarles para que conozcan este bello rincón de la Asturias por descubrir. Yo que tengo la gran suerte de poder vivir en soledad estas experiencias naturales, sepan que disfruto al compartirlas con Vds.
La vuelta a Besullo pueden hacerla por la senda de la izquierda. En la flecha señalizadora dice San Félix de las Montañas. En unos 50’ de ascensión ganarán algo más de 200 metros de altitud, pero las vistas les recompensarán el esfuerzo. Para los que necesitan rutas más largas, la braña vaqueira de Braniego, cubrirá todas sus expectativas.
En el alto hay un cruce de senderos, debiendo tomar el de la izquierda para en una hora más descender hasta Besullo. Si les sucede como a mí, que la niebla no me permitía hacer fotos, vuelvan por el mismo camino que a la ida y si desean andar otro tramo pueden hacerlo por la senda que va bordeando el río. Hace ya mucho tiempo que deseaba conocer Besullo y esta maravillosa ruta, especialmente en un día brumoso y lluvioso que he elegido por recomendación de unos amigos y ya estoy pensando en cuando podré volver. Pasar unos días en un pueblo edificado sobre un castro celta del s. IV a.C. y recorrer relajadamente su historia y sus muchas leyendas, como la de la comunidad protestante que había aquí, les supondrá una muy enriquecedora experiencia impregnados de olores de brezo, retama, robles, abedules, helechos, castaños y fresnos pues, estas si, son las esencias del paraíso astur.
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