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El viernes día 13 de Noviembre de 2.009 fue, “por sus deficientes condiciones atmosféricas, pero con el romanticismo de su poca luz y la bruma astur, tapando las alturas de los Picos que rodean la Vega de Brañagallones” la fecha elegida para rematar mi exhibición promocional de la 1ª ONG Turística Virtual del Mundo, que no tiene Estado alguno del planeta en Internet; al necesitar para hacerla miles de horas de trabajo en su naturaleza, miles de fotos y paseos para vivirlas, sensibilidad en el arte fotográfico suficiente para lograr transmitir experiencias viajeras a lo largo y ancho de todo el Mundo, e independencia económica para poder apreciar más desde la relatividad subjetiva, parte de lo muchísimo que ofrece al visitante esta Privilegiada Región Astur; de donde es mi mujer y en la que desarrollo mi actividad empresarial hotelera.
Todo en esta vida debe tener un final y yo, como James Bond, repito lo de “Nunca digas, nunca jamás”; a una amante tan superatractiva como la idílica Naturaleza Astur; pero al ser sólo una pequeña gran selección de lo mejor de Asturias, no quiero recargarla más, ya que el exceso de información puede ser negativo para el potencial Turista que nos visite. No he incluido algunas también bellísimas Excursiones del Parque de los Montes de Covadonga, ya que hay de las mismas muchísima información en Internet y he limitado a 4 horas máximo las Rutas aproximadamente, para ser accesibles a todos los públicos, sin experiencia montañera, y poder ir acompañados de sus hijos y familiares de más edad; en otros casos el monocromatismo fotográfico de otras bellas y accesibles Sendas, me ha decidido a no incluirlas en mis álbumes favoritos.
Con los comentarios de estas imágenes de la mítica Ruta a la Vega de Brañagallones, me despido hasta el infinito de todos Vds: no me lo agradezcan, pues a quien se lo he dedicado ya lo ha hecho y yo soy gracias al Destino, un libre multiafortunado, que casi siempre he podido vivir todos mis Sueños.
Del centro de Asturias, por AS-1 y la nueva vía minera AS-17 junto al idílico río Nalón, se llega en una hora al parking de Bezanes GPS: 43º 9’8’’ Norte & 5º 17’25’’ Oeste a 670 metros de altura y a 6 Km. de Campo Caso, donde dejaré mi fiel X3, compañero único de la gran parte de mis innumerables Excursiones, que figuran en mi web ONG Turística Virtual.
La Ruta hasta la Vega de Brañagallones es de 10,2 Km. y se asciende hasta los 1.225 metros del antiguo circo Glaciar, bajo las miradas de la Sierra de Les Prieres, andando les llevará 3 ½ horas, pero mi recomendación es que se gasten 40,00 € y que alquilen como haré yo, un taxi 4x4, previamente para que les espere en el parking de Bezanes a los teléfonos 689 893 051, Rafael, ó 691 405 447, Andrés, ó 654 387 760 José Luis.
La vuelta descendente por la amplia pista les llevará andando algo más de dos horas, y si deciden como yo les recomiendo acercarse a ver nacer el río Monasterio en la Cueva de Valdebezón, añadan otras dos horas de suave y sencillo paseo, rodeados del mítico hayedo de Redes.
En esta primera foto, les muestro al fondo desde el inicio de la previa ascensión, la aldea de La Foz, junto al río Nalón, que nace en el Puerto nevado de Tarna al fondo de la imagen.
En las webs institucionales www.caso.es y en www.parquenaturalderedes.es tienen mucha información escrita del Parque de Redes, pero las emociones visuales que les motivarán para acercarse a este mágico rincón natural estan en mi página, líder absoluto en visitas anuales y descargas gratuitas. No les voy a dar muchos nombres de brañas o lugares por donde discurre la amplia ruta, para no distraerles del recorrido virtual, acompañados de las primeras nieves del Otoño. La parte más dificultosa de andar es el primer Kilómetro y medio, pues ascendemos de los 670 metros del parking de Bezanes a los 970 metros del Mirador del Texu o Tejo de la Oración, donde las leyendas dicen que los pastores que pasaban viviendo y cuidando a su ganado en las Cabañas de Brañagallones, casi seis meses, en total soledad y aislamiento, suplicaban en el Mirador, orando junto al sagrado Texu, que pudieran regresar el próximo invierno, a salvo de lobos, osos, rayos y demás desgracias, con todas sus reses y becerritos en buen estado de salud.
El inicial esfuerzo ascendente, se termina a los 3 Km. de los 10,2 Km. en total de la Ruta a la Vega de Brañagallones, ya que desde la cota de 1.100 metros hasta los 1.225 del antiguo lago Glaciar, es un ancho y fenomenal paseo a media ladera, rodeados de paisajes irrepetibles, mis amigos, como comprobarán por mis imágenes de Otoño. El valle que irán viendo a su derecha es el formado por el río Monasterio y se llama también Foz o Desfiladero de Retoyu.
Les estoy presentando imágenes compartidas que pueden ampliar para disfrutarlas más aún; de una pequeña parte de esta idílica Ruta que he dejado, como broche dorado otoñal a mi Colección sobre la Asturias de belleza inconmensurable y aún muy desconocida para los gourmets o sibaritas de los paisajes, el senderismo y la gastronomía con raíces en el tiempo perdido. Los líquenes que decoran las ramas de muchos árboles que bordean el camino, son signo de pureza medioambiental máxima, respiren con avaricia del impoluto aire que les rodea y acaricia. La única parte un poquito impactante por el desnivel, es la del Túnel del Crestón, que esta a 8.700 metros de Bezanes y ya muy cerca de la mítica Vega glaciar, pero no se preocupen de nada, ya que la Senda es muy ancha y nada peligrosa incluso para los que tengan vértigo de las alturas. En otra foto, nada más pasar el túnel, se encontrarán con un precioso Mirador, con panel explicativo de todas las maravillas que se contemplan y en la que se ve al fondo de la nevada Sierra Les Príes el edificio del remodelado refugio de cazadores, La Reserva Lodge www.lareservalodge.com.
La Fuente de Ardoviu, está a 4,5 km. de Bezanes, casi a medio camino del inicio de la Ruta, su agua es de inenarrable sabor y de su belleza, mi imagen es totalmente justiciera. A la vuelta, que hice andando, creo que me bebería más de dos litros, ya que tiene mágicas propiedades, que paran el tiempo, evitando el envejecimiento de sus afortunados usuarios, entre los que me encuentro pues he visitado la Vega de Brañagallones seis veces, en mi intensa y afortunada vida. Al llegar a la Vega, verán otra fuente de deliciosas pero menos revitalizantes aguas, aunque de origen también casi divino y glaciar.
En las dos imágenes compartidas recojo un retazo del camino bordeado por las luminosas bolas rojas de los acebos, que tanto gustan a los urogallos que abundan afortunadamente en el Bosque de Redes. En la otra foto, gracias a que el Otoño esta desnudando de hojas el bosque de ribera que rodea el río Monasterio, podemos ver sus impolutas aguas, que hacen que en él vivan las únicas truchas autóctonas de todos los cursos de agua de Asturias, estando lógicamente su pesca prohibida, habiéndose creado una Reserva Genética para proteger su especie. Yo he tenido la suerte de verlas y su colorido es impactante.
Cuando pisen las primeras praderías ganaderas de la Vega de Brañagallones, se emocionarán como me está sucediendo a mí ahora, a pesar de mis muchas experiencias previas. Sentirán bajo sus pies la fuerza de las morrenas del glaciar que formaron la laguna que dio origen a esta maravilla de la Naturaleza Astur.
En estas pequeñas Cabañas que bordean la Vega, pasaban casi incomunicados hasta el año 1.960, los pastores de Bezanes, muchos de ellos niños de 12 años, pero hombres de pelo en pecho que ayudaban con su esfuerzo a quitarse el hambre que rodeaba, estas aisladas Brañas de la montaña Astur. Vivían y dormían, cuidando y protegiendo a su ganado del ataque de lobos y osos. Como no había luz, ni neveras, comían la carne de rebecos, corzos, venados o jabalíes que habían cazado durante el verano anterior y que guardaban curándose al frío, colgada dentro de la Cueva de Valdebezón donde nace el río Monasterio.
Despedirse siempre es triste, mis desconocidos y fieles amigos, pero he notado el calor de su admiración y afecto que me acompaña siempre. Me alegra saber que he conseguido transmitirles parte de la pasión que siento por mi amante perfecta, La Naturaleza Astur. Les recomiendo que anden un total de 2 horas, ida más vuelta y se acerquen a la Cueva de Valdebezón, donde nace el truchero autóctono Río Monasterio. Es un camino sencillito que les enloquecerá de felicidad. El Otoño es la mejor estación para visitar el Parque de Redes y Octubre es su apoteosis cromáticamente hablando; aunque yo he preferido ir en Noviembre, para cicatrizar mis heridas del tiempo con sus primeras nieves y no herirles tanto con su exultante belleza.
El confortable y remodelado hotel-refugio de cazadores, preside rodeado de cabañas pastoriles esta glaciar Vega-Majada de Brañagallones. Lleven prismáticos pues al amanecer y al atardecer es fácil ver rebecos u otras especies animales, de las muchas que habitan entre las hayas y los acebos, los robles albares, los abedules, los fresnos, avellanos, que pueblan este salvaje Bosque de Redes. Otras dos rutas, más selectivas, que requieren una mayor preparación deportiva y esfuerzo de más de 5 horas de durita ascensión son: La Ruta al Canto del Oso P.R.AS 66-2, de 11 km. y 5 horas y 45’ y la Ruta a la Peña El Viento de 13,2 km. algo más dura aún, P.R. 66-1 y que se anda en casi 6 horas. Ambas son bellísimas, pero van dirigidas a una minoría senderista de alto nivel. Me gustaría, que en la Vega, se montara aprovechando los servicios del Hotel Rural; un Campamento, con alto grado de protección medioambiental, como alguno en los que he dormido en Africa, para que pudieran vivir más personas, el contacto respetuoso y directo con un ecosistema único como el de Brañagallones.
Depués del largo paseo descendente, para el que recomiendo madrugar un poco, me he acercado a disfrutar de una Casa de Comidas típicamente asturiana; es el Restaurante Bar La Encruceyada, Tel. 985 612 803, a 2 km. de Caleao donde se inicia la Ruta de los Arrudos, otro de los platos fuertes naturales del Parque de Redes que pueden ver en mis álbumes nº 17, 18, 19, 20, 21, 22, 92 y 93, que no esta nada mal.
El GPS del Restaurante es 43º 9’8’’ Norte & 5º 17’25’’ Oeste, a 670 metros de altura junto al Arroyo de la Gatera, que les muestro en una de las dos fotos compartidas y donde se pretendía hacer un embalse, enterrando tanta belleza, en vez de evitar las fugas que tiene la actual red de aguas o de ir preparando las obras de un futuro trasvase desde los repletos pantanos del curso del río Navia, subiendo por supuesto el precio del metro cúbico de agua, pues es un bien escaso y que debemos ahorrar en vez de malgastar.
Mª Jesús, su eficiente cocinera propietaria, prepara con primor las manos de cerdo estofadas, los callos, “de Octubre a Mayo”, la fabada o el pote con compango casero, el rabo de toro, el cabrito guisado, los escalopines de ternera Casina con salsa de queso de Cabrales, y de postre una crema de requesón, acompañada de mermelada de arándanos, que ella misma recoge en el bosque y que espero tardar mucho tiempo en olvidar su personalísimo sabor.
Después de la experiencia gastronómica de La Encruceyada, dense un paseo hasta el casi Museo Etnográfico de la aldeína de La Felguerina, que ven en la foto compartida y desde donde se inicia una larga y selectiva ruta ascendente de casi 6 horas a la Laguna glaciar de Ubales, que esta a las faldas del Pico Cascayón de 1.951 metros, cerca del Collado Acebal y que tiene un acceso más corto y fácil desde el pueblo de Isoba, en el Puerto de San Isidro, ambos de la limítrofe provincia de León.
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