El sol quiso estar presente para realzar el gran día del Carmen tapiego y la procesión que recorre el barrio marinero de San Sebastián, pisando las alfombras realizadas en su honor con legumbres, pasta pintada y sal de colores.
Es emocionantísimo ver los barcos, calles y balcones engalandos, oyendo el estruendo de las sirenas y cohetes "voladores", haciéndose el silencio cuando cantan en Su Honor, la Salve Marinera; “¡Salve! Estrella de los mares, de los mares iris, de eterna aventura”.
La Virgen del Carmen protege a sus marineros de las inclemencias del mar y los tapiegos se visten con camisas blancas y pañuelos azules de cuadros para vivir este su gran momento de gozo anual.
Cuando los cohetes Descargan sus estallidos en el cielo, hasta a los no creyentes se nos pone la carne de gallina.
Soy un admirador acérrimo de Tapia de Casariego desde el año 1970, en que la visité por primera vez, como les pasó a los hermanos y jóvenes australianos Peter y Robert Gulley, en 1968, que se enamoraron de sus surferas olas, consiguiendo extender a los tapiegos su afición y celebrarse en 1971 una de las pruebas del campeonato europeo de surf.
En otros de mis álbumes hay fotos de muchas playas preciosas de esta privilegiada y aún casi salvaje zona, del occidente Astur.
Otro personaje de leyenda que tuve la suerte de conocer fue el cocinero y empresario José Manuel Santiago, que fundó en 1981 el emblemático restaurante Palermo, que ahora honra su recuerdo su hijo y también creativo cocinero, Alfonso Santiago.
Cada año, al principio del otoño, era casi un rito acercarme al restaurante Palermo para tomar el siguiente menú: fabes frescas con almejas en salsa verde, rodaballo salvaje a la plancha y crema de arroz con leche.
José Manuel Santiago era un clásico cocinero con muchísimas vivencias y oficio adquirido en el hotel Ritz y restaurante Edelweis, de Madrid, además del hotel Pricipado de Oviedo; saborear su buen hacer y tener la suerte de compartir conversación y experiencias con él fue algo inolvidable y este álbum es mi humilde homenaje a este extraordinario, ejemplar y humano hostelero.
Su maestría ha tenido continuador en su hijo Alfonso Santiago, que sin olvidar su docto magisterio culinario, ha sabido crear nuevos platos y una tienda de productos gourmet de gran calidad.
Entre sus especialidades les recomendaré los siguientes platos: el clásico, fabes con almejas en salsa verde, los oricios del Cantábrico gratinados, el arroz con pollo de aldea al curry, la fabada con morcilla de La Roda, las verdinas con bonito, la excelsa caldereta trufada de bogavante, la paletilla de cabrito con asadillo de pimientos y esfera de queso, sin olvidarnos, de postre, de la torrija de leche fresca, ciruelas y café con leche helado.
Es imprescindible encargar con tiempo alguna de sus especialidades y pasear por las impolutas y superrománticas playas del Concejo, incluso en pleno e intempestivo invierno.
Entre las muchas curiosidades que atesora la villa de Tapia está el arca de cedro con las que trajo las primeras semillas de maíz de las Indias a Europa el insigne tapiego Gonzalo Méndez de Cancio, Capitán general de la provincia de la Florida y que se conserva en el Palacio de Cancio.
No he querido poner pies a las fotos, para que no se distrajeran lo más mínimo, disfrutando al máximo su sublime encanto natural, espero que siguiendo mis consejos, con la ayuda de la autovía que facilita su visita, se hagan adictos, si no lo son ya, de esta recóndita zona del Paraíso Natural Astur. |