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Las imágenes que me place regalarles intentan recoger las mejores sensaciones vividas con mis ayudantes gourmet durante los almuerzos celebrados en dos románticos y nublados miércoles del mes de abril del año 2016.
Desde el centro de Asturias se llega por cómoda Autovía en unos 75 minutos de corto viaje al encuentro de sabores clásicos donde el producto Premium ya sea del mar o de la la tierra, jamás pierde su protagonismo.
Su amplio y confortable comedor disfruta de unas vistas inigualables sobre la ostrera Ría del Eo, que les recuerdo es una maravillosa Reserva de la Biosfera compartida con sus buenos vecinos de Ribadeo, población lucense por la que tengo también mi corazón partido y promuevo con pasión en mi web turística ONG.
Normalmente cierran por vacaciones del 10 de diciembre al uno de febrero y semanalmente descansan el lunes por la noche y los martes, excepto durante la Semana Santa y el mes de agosto que permanece abierto todos los días.
La reserva previa es obligada y aunque solo tienen seis amplias mesas pegadas a las cristaleras colindantes con la joya medio-ambiental que es la Ría del Eo, desde cualquier posición se disfruta el espectáculo vivo que brindan las mareas del epatante Mar Cantábrico, cuyos frutos miman diariamente en su cocina para que no pierdan ni un ápice de sus sabrosos y salvajes sabores.
El servicio comandado por su joven propietario en tercera generación Vicente con la ayuda de sus profesionales colaboradores Avelino y Teresa es puro terciopelo, que yo comparo con otro de mis favoritos de gestión familiar como es el restaurante Nito de Viveiro y al que también por ser uno de sus más fieles forofos le he dedicado otro merecidísimo álbum-homenaje en mi personal Web.
Los personales e impresionantes salpicones de centollo, pez aguja o bogavante deben encargarse previamente, lo mismo que su sabrosísima zarzuela de pescados y mariscos que para dos personas mínimo las dos raciones vale unos merecidos 77 euros y su estrella delicatessen "la caldereta de mariscos" tiene un mínimo encargo de cuatro raciones y un coste total de 268 euros.
Como ejemplo de sus precios marisqueros salvajes, en abril 2016, el bogavante valía el kilo 69,50 euros; la langosta, 110 euros el kilo y las nécoras, a 50 euros los 1000 gramos.
Espero y deseo que mis muchos seguidores Premium, aficionados al noble arte de descubrir nuevas y placenteras sensaciones gustativas en cada comida, vivirán con emoción su próxima y placentera visita a Casa Vicente en la bellísima y aristocrática villa de Castropol, en el borde occidental del Paraíso Natural Astur.
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El salpicón de pez aguja es una de las más insólitas delicatessen gastronómicas que, previo encargo, por solo 12,10 euros, se debe saborear a partir del mes de marzo, que es cuando se empiezan a pescar, en el Iconógrafico restaurante Casa Vicente, en la bellísima villa marinera e histórica de Castropol.
Comer en alguna de las mesas del Confortabilísimo restaurante "Casa Vicente" de Castropol, casi mecidos por las olas de le Reserva de la Biosfera y ostrera Ría del Eo o Ría de Ribadeo, es indudablemente + que una singular experiencia gastronómica, a tan solo una hora de cómoda ruta por autovía desde el centro de Asturias.
Imagen del delicioso salpicón de centollo, que vale unos merecidos 24,20 euros y debe también encargarse previamente; con el salpicón de bogavante o bugre a 38,50 euros, forma un mágico y sutil triplete degustación que hará las delicias de todos los buenos aficionados a probar los mejores platos de la extensa, sabrosa, contundente y delicada gastronomía que ofrece la irrepetible Asturias.
El delicioso, sutil y casi etéreo salpicón de bogavante por unos merecidos 38,50 euros.
La inigualable sopa de marisco y pescado a 9,35 euros de abundante ración que se podrán servir ustedes mismos desde una blanca sopera de porcelana y cuyo sabor les convertirá en adictos
El restaurante Casa Vicente colindante a la Ría de Eo, justo a la entrada por la que se accede a Castropol.
Las croquetas abiertas de espinacas y langostinos son una delicatessen total que deberán probar, por 13,75 euros la ración.
Vista de una parte de su amplio y luminoso comedor con vistas inmejorables.
A la derecha de la imagen se aprecian las seis mesas casi pegaditas a la romántica Ría del Eo o Ría de Ribadeo.
La ensalada templada de vieiras y gambas por 16,50 euros ración seguro que les encantará.
Estos son los peces aguja que dan origen a un salpicón con un sabor sorprendentemente, rico y desconocido, que lógicamente deberán encargar y que con casi total seguridad jamás antes han probado.
Las sencillas y sabrosas parrochas en vinagreta cubiertas con cebolla y tomate por 12,10 euros la ración es uno de sus entrantes fríos más delicioso y barato.
El pastel frio de merluza y centollo a 13,75 euros la ración es sencillamente excepcional y perfecto para repartir de aperitivo con pan tostado a la espera de los platos principales.
Las croquetas caseras de marisco, por 15,40 euros ración, sencillamente les subyugarán y aunque suene el palabro a cursi, se chuparán los dedos con su recuerdo como hace habitualmente un servidor por carecer de educación ortodoxa, al ser un irrespetuoso y ga-ga corsario revolucionario.
El pulpo a la gallega de Casa Vicente (17,05 euros la ración) solo es, para mí, comparable con el que habitualmente como en el restaurante Nito de Viveiro.
La sencilla y dificilísima de elaborar a la plancha, Merluza con mayúsculas, en su punto justo de jugosidad y sal, es una obra de arte total, por solo 21,45 euros la ración.
Esta visión de la Ría del Eo a través de los luminosos ventanales es sencillamente sobrecogedoramente bella y esas mesas románticas deben reservarse con tiempo, aunque yo prefiero las más interiores que disfrutan del mismo espectáculo natural. Si son aficionados a seguir las tablas de mareas es más que una experiencia natural y excitante reservar la mesa cerca de los Pleamares más altos que se producen cada año y luego fotografiarlo y vivir con su recuerdo.
El cachopo Clásico de suave ternera asturiana; cuando se parte eclosiona el suave queso fundido de Abredo del relleno y empieza la fiesta del sabor con tradición ancestral Astur.
Vista en el horizonte, en Bajamar, del Puente de los Santos, al final de la emblemática Ría del Eo, que une Asturias con Galicia.
La personal y casera tarta de manzana templada tipo Tatín que sirven acompañada de helado debe reservarse al principio de la comida no sea que se acaben y no puedan vivir el dulce momento que les recomiendo saborear.
Esta relajante y verdosa visión en Bajamar de la Reserva de la Biosfera que es la Ría del Eo la podrán disfrutar desde este restaurante singular, tradicional y Premium total que es Casa Vicente y creo que han notado sobradamente que me encanta.
El mousse de chocolate blanco entusiasmó totalmente a uno de mis ayudantes que es un forofo de esta creación dulcera y ponderó hasta la necesidad de repetir casi tres veces, el muy tragón, la creativa copa multigustos, por solamente 5 euros.
La artesanal tarta de queso con frutos rojos es una delicadeza caserina que a nadie podrá dejar indiferente, por lo que están también obligados a probarla aunque no sean familiares de Pantagruel.
El arroz con leche templado y requemado, que está delicioso, lamento no tener el adjetivo exacto para poder calificarlo, pero les puedo asegurar que no se parece a ninguno de los muchos que como yo hayan probado antes, pues es sencillamente Diferente.
Estos cómodos y confortables sillones son su sala de espera previa con una pequeña barra al restaurante y están separados con un amplio cristal de la zona exterior para los contumaces fumadores que al estar tan cerca del Espacio Protegido por la Unesco de la Ría del Eo deberían por pudor tratar de no fumar tan cerca de este irrepetible Santuario Natural.
Esta es la primera e idílica visión que aparecerá ante sus sorprendidos ojos, al irse acercando por la carretera a Casa Vicente, por el embrujo que rodea esta hidalga e irrepetible Villa de Castropol.
Un nutrido grupo de edificios históricos y un monumento singular dedicado a uno de los Héroes del Aristocrático Concejo de Castropol les dejará apabullados cuando deambulen por las silenciosas callejuelas de esta Villa sin posible parangón.
Después del merecido banquete en Casa Vicente nada mejor con un cardiosaludable paseíto rodeados de la magia de las casas y palacios de Castropol.
Si son unas infieles y atractivas seguidoras mías, las recomendaré para que les enseñen e incluso puedan pernoctar en el Histórico Palacio del Marqués de Santa Cruz del Siglo XVII que es lo menos que ustedes, distinguidas Damas, se merecen.
En esta Protegida Ría del Eo se produjeron y vendieron el año 2015 unos 55.000 kilos de sabrosas Ostras, después de pasar un periodo de crecimiento y engorde de unos tres años y si este molusco les encanta no duden en probarlas, pues los oligoelementos nutritivos que tiene la Ría les dan un sabor casi afrodisíaco y les ayudarán también a adelgazar después de tantas comilonas sin fin.
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