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El Palacio de Vidago es un increíble hotel de lujo Belle Époque que fue mandado construir en 1908 por el penúltimo rey portugués llamado Carlos antes de ser asesinado en un atentado en Lisboa y que no pudo inaugurar su hijo el rey Manuel II, ya que ese mismo día elegido para abrir sus puertas, el 5 de octubre de 1910, se instauró la República en Portugal y se acabó su reinado. El Palacio se mantuvo como hotel hasta el año 2006 en que cerró sus puertas para sufrir una remodelación total, siendo reinaugurado en el año 2010 coincidiendo con el primer centenario desde su apertura.
Las aguas de Vidago, que ya fueron utilizadas por los romanos, tienen unas increíbles virtudes curativas y el rey Luis I de Portugal las utilizaba durante su reinado, que duró de 1861 al 1889, y durante el mismo fundó el Acuario Vasco Da Gama en Lisboa. Esta agua carbonatada natural que se embotella desde 1886 está considerada por los gourmets como la mejor agua de la Península Ibérica y por esa razón los aristócratas y grandes ricachones europeos acudían y acuden a probar los tratamientos curativos en este precioso hotel balneario.
La gran obra de la reforma del 2006 al 2010 fue financiada gracias a la potencia económica del grupo portugués de bebidas Unicer, propietario entre otras muchas marcas de la popular cerveza Súper-Bock y de las aguas de Vidago y Vitalis, convirtiéndolo en uno de los hoteles de lujo con más encanto romántico de toda Europa y sus precios, con ofertas, tampoco son tan caros para lo que ofrecen a cambio.
Recomiendo visitar la próxima población de Chaves, cruzando a pie su puente romano Trajano sobre el río Támega, que nace en Galicia, y probar los famosísimos Pastéis de Chaves rellenos de carne, acompañados por un buen vino del Douro. Chaves tiene mucho encanto además de un Castillo con Museo y varios restaurantes y hoteles dignos de conocer, como son el Hotel Casino y el hotel Forte de São Francisco, donde también se come de maravilla, sin olvidarnos de los restaurantes Carvalho, O Lavrador y Quinta Da Cera, donde se escapan habitualmente muchos clientes limítrofes españoles que, si no tienen dinero para alojarse en el Palacio de Vidago, pueden visitar sus abiertos jardines y comprar la incomparable y Premium Agua de Vidago.
El agua de Vidago ha sido calificada desde siempre como El Agua del Bien-Estar, pues su bajo contenido de CO2 la hacen muy digestiva y fácil de beber.
Está también próximo la joya ecológica del Parque Nacional de Geres, que fue en los años 70 declarado el primer espacio natural de Portugal con esa denominación Protegida.
Y como seguro visitarán Porto, accedan a él por barco sobre el río Douro desde Pinhao e inexcusablemente, entre miles de cosas que hay que ver y hacer en esa maravillosa ciudad, prueben una francesinha y de postre una rabanada o torrija acompañada por el sabor de un viejo vino de oporto y beban la sangría espumante con frutos rojos y cassis que preparan en el centenario Café Majestic que por muy turístico y un poco más caro que sea, sigue siendo una Maravilla y un Mágico lugar para no olvidar reincidir del norte de Portugal.
En Amarante seguro que se enmorarán del encanto de esta medieval y recoleta villa bordeada también por un impoluto río Tamega.
En el hotel Casa da Calçada que, además, dirige un joven y buen hotelero catalán, fliparán con la extraordinaria cocina de su galardonado restaurante Largo do Paço, acompañada por vinos y champán de sus propias viñas, servidos por un equipo profesional que rayan la divina perfección.
Yo, antes de morir, espero volver a saborear su increíble cocina, dejándome mecer por sus caldos, para así prepararme por si no encuentro el Paraíso fuera de este Mondo Cane y me llevo puesto el pantagruélico recuerdo, por si las moscas.
Casi en la puerta de entrada a este extraordinario hotel boutique, con precios razonables, se encuentra desde el año 1930 la Confeitaria da Ponte y si les gusta lo dulce como a mí, deben probar todas sus especialidades señeras, que son los Foguetes, las Brisas do Támega, los Papos de Anjo, los Bolos de San Gonçalo y las Lérias y rematar con los conventuales Amarantinos.
Ya sé que les incito a la gula, pero después de estas farturas, como se dice en Asturias a las comilonas, pueden relajarse paseando por sus medievales callejuelas o entrar en la iglesia de su patrón y monje benedictino San Gonçalo para arrepentirse de sus sacrílegos excesos, antes de visitar un Museo Municipal único en Portugal, dedicado al pintor Amadeo Souza-Cardoso, efímero y grandísimo artista modernista llamado también el Picasso portugués, que murió de una puñetera gripe con solo 31 años de edad en el año 1913 y les garantizo que aunque no les guste ese tipo de pintura, se emocionarán con sus geniales obras, como me paso a mí.
Y qué les puedo decir de Guimarães que no esté ya escrito, al ser Patrimonio Mundial desde el 2001, Capital Europea de la Cultura en el año 2012 y cidade berço o cuna, donde nació la Nación Portuguesa, que tantísimo admiro y publicito turísticamente en mi Web O.N.G.
Solo un importantísimo contraste para vivirla y pasearla de la mañana a la noche, que es cuando adquiere toda su magia medieval, se sorprenderán encontrando cuidadas tiendas que nunca se imaginaban podrían aún existir, su pétreo Castillo es el Monumento elegido como primera Maravilla de la Nación por los ciudadanos portugueses en votación promovida por su Ministerio de Cultura en el año 2007.
Anden despacio saboreando su Historia por la rua de Santa Maria ya que es la más antigua de esta singular Villa y no se olviden de visitar el Museo Alberto Sampaio, la iglesina de San Miguel, el Palacio de los duques de Bragança, el Convento de Santa Clara—reconvertido en Ayuntamiento—, la bonita iglesia dedicada a su Santo Patrón, San Gualter, o subir con funicular al monte, Parque y Santuario da Penha, relajándose en una de las muchas terrazas de la Plaza de Santiago o en Largo da Oliveira, enfrente del templete gótico Pedrão do Salado y la iglesia de Nossa Senhora da Oliveira, tomando un rico café acompañado por las típicas empanadillas de calabaza y si quieren comer en esa iconográfica Plaza, el restaurante Buxa prepara de maravilla, entre otras muchas especialidades: el caldo verde, el bacalao al horno con pao de broa y el original y rico pulpo lagareiro.
Aunque hay muchos y buenos hoteles en el Centro Histórico mi opinión es tratar, con tiempo, de reservar una de sus monacales habitaciones en la Pousada de Santa Marinha, que además no son muy caras, y así podrán descubrir los muchos secretos de este Monasterio del siglo XII reconvertido en un hotel epatante y singular que tiene además de muchos tesoros convertidos en azulejos en sus centenarias paredes, el mayor y espectacular Bosque y jardines que tiene hotel alguno en toda Europa.
Pasear por él es una romántica experiencia que difícilmente olvidarán y sentarse relajadamente en la sala Capitular o en el Mirador o Varanda de Frai Jerónimo les permitirá parar el tiempo y disfrutar esa inigualable sensación vital.
No se les ocurra perder 20’ bajando andando desde la Pousada al centro histórico de Guimarães, ni coger su vehículo para ese fin, pues la comodidad de tomar un taxi por 4 euros no compensa la pérdida de tiempo buscando luego aparcamiento y cabreándose al no encontrarlo, ya que cuando se viaja como turista el tiempo es oro para aprovecharlo y espero haberles ayudado a motivarles en la búsqueda de Paraísos que a todos nos alegra encontrar tan cerca, en mi amada y hermana tierra portuguesa. |
El emblemático e iconográfico hotel Vidago Palace es uno de los muchos orgullos que ofrece Portugal a los turistas más exigentes y a precios realmente accesibles.
El electrizante y apabullante comedor es un espacio único, para bailar como en el pasado reciente hacían sus moradores, intentando descubrir la tradicional y sabrosa gastronomía portuguesa y mentalmente, danzad malditos, danzad.
Los paseos cerca del campo de golf y un relajante Spa son los complementos necesarios para relajarse de todo lo negativo que nos rodea, en este histórico oasis de paz que es el Palacio de Vidago.
Vista parcial de una de las 18 calles del ampliado campo de golf que rodea al espectacular hotel Belle Époque Palacio de Vidago.
El histórico puente sobre el río Támega y la iglesia de San Gonzalo, patrón de Amarante.
En el edificio situado al fondo derecha de la imagen, que era un antiguo Palacio del siglo XV, cruzando el río Támega, se ubica actualmente el extraordinario y romántico hotel Casa da Calçada en Amarante.
Uno de los muchos confortables rincones de los salones del hotel Premium, Casa da Calçada, en la idílica población de Amarante, situada a 60 km de Oporto, que les recomiendo visitar.
Entrada ajardinada al singular hotel Casa da Calçada donde se van a encontrar, posiblemente, con el mejor restaurante del norte de Portugal, con unos precios comedidos a pesar de su galardonada estrella Michelin.
En esta primera mesa del atractivo y confortable comedor Largo do Paço del hotel Casa da Calçada tuve la gran suerte de poder disfrutar de tres cenas memorables en la acogedora Amarante.
Uno de los muchos y variados platos que podrán encontrar en la Carta del restaurante Largo do Paço, a precios muy comedidos a pesar de su altísima calidad y que acompañábamos con vinos riquísimos que producen en sus propias viñas.
Yo siempre trato, a través de mis imágenes, de transmitirles y compartir maravillosas sensaciones turísticas; y les puedo garantizar que cruzar despacito el Ponte de São Gonçalo sobre el río Támega, en la silenciosa soledad de las románticas noches de la villa medieval de Amarante, después de haber cenado opíparamente en el extraordinario restaurante Largo do Paço del hotel boutique Casa da Calçada, que está pegadita a este singular, pétreo y útil monumento, les trasladará por unos instantes al Paraíso que seguro desean les esté esperando.
Relajante y electrizante visión, entre las sombras de la noche, del Ponte de São Gonçalo, sobre el impoluto río Tamega, en la preciosa villa medieval de Amarante, donde hay uno de los mejores restaurantes de Portugal, en el hotel Casa da Calçada y que dirige un joven y buen hotelero catalán.
Estas chuletinas de borrego con molho de ervas aromaticasm, por solo 25 euros, fue uno de los muchos platos estrella, acompañado de sus propios vinos, que probé en el Excelente restaurante Largo do Paço del hotel Casa da Calçada, en la bellisima villa medieval de Amarante, que además está al lado de la Confeitaria da Ponte, que es otra de las maravillas dulceras de Portugal.
El antiguo convento barroco agustino, Pousada de Santa Marinha, en Guimarães, es uno de los iconos arquitectónicos de esta bellísima ciudad, Patrimonio de la Humanidad.
Los jardines y el bosque del siglo XII que rodean este centenario Convento-Pousada son de los más espectaculares de Europa.
Los mosaicos que atesora la Pousada de Santa Marinha son un patrimonio cultural de incalculable valor.
Sentarse en esta relajante y maravillosa terracita o Veranda, con una repleta copa de buen y viejo vino de Oporto en la mano (como seguro hacía Frei Jerónimo hace ya muchos siglos en este singular Mosteiro de Santa Marinha, reconvertido en una emblemática Pousada Monumento), rodeados de los espectaculares mosaicos que les muestro, con la añadida visión placentera a los mágicos jardines y bosque de esta joya arquitectónica reconvertida en hospedaje, es más que una experiencia Humana, a solo 2 kilómetros del Centro Histórico de la electrizante villa medieval de Guimarães.
En el rocoso Castelo de Guimarães nació Alfonso Henriques, que fue el padre de la nación portuguesa, al proclamarse rey en el año 1139.
Bajo el Monte, Santuario y Parque da Penha, al que se puede acceder también en funicular, al fondo de los jardines, está la bella iglesia dedicada al Patrón de Guimarães, San Gualter, que deben visitar.
El Castillo de Guimarãis está considerado como el Monumento más querido por los ciudadanos de este país hermano y la estatua de Don Alfonso Enriques conmemora que fuera el primer rey de Portugal, separándose del Reino de León. Desde el año 1139 a 1910, en que se instauró la República, se mantuvo bajo régimen monárquico y aquí, como está escrito en sus medievales murallas, nació esta maravillosa Nación a la que yo rindo admirado afecto y homenajeo con mis imágenes.
El Largo da Oliveira es el corazón turístico de esta maravillosa ciudad de Guimarãis, que fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en el año 2001; les recuerdo que deben recorrerla al atardecer para poder emborracharse con su medieval encanto y cenar en el sencillo y buenísimo restaurante Buxa, situado en esta mítica plaza con el siguiente menú: caldo verde, bacalao al horno con pan de broa o el pulpo lagareiro y de postre, las típicas empanadillas de calabaza, acompañado por el vino verde que les apetezca probar.
Impactante visión de dos de los monumentos más iconográficos de Guimarãis situados en Largo da Oliveira y que son el templete gótico Pedrão do Salado y la iglesia de Nossa Senhora da Oliveira, que conmemoran hitos de su historia y que pueden buscar en Internet, pues yo solo les trato de motivar a que disfruten visitando esta joya lusitana, que también, en el año 2012, fue declarada Capital Europea de la Cultura y se emocionen con la experiencia turística.
El Palacio de los Duques de Bragança, que está colindante al Castillo de Guimarãis, deben visitarlo inexcusablemente; como la iglesia de San Miguel, donde fue bautizado el primer rey de Portugal. Conocer el Museo Alberto Sampaio es otro de los placenteros deberes que les sugiero hacer entre los muchísimos que ustedes deberán descubrir en esta electrizante Villa medieval que les enamorará con total seguridad.
Este es el extraordinario bacalao al horno con costra que sirven en el buen restaurante del hotel más romántico, no excesivamente caro, e impactante de Guimarãis y del que les he adjuntado algunas imágenes y que es un antiguo Monasterio del siglo XII transformado en la Pousada de Santa Marinha, que sin ser excesivamente lujoso es una joya arquitectónica total.
El Castelo de Guimarães, o de São Mamede, es del siglo X y preside la Colina Sagrada o corazón histórico de esta preciosa Villa, que es Patrimonio Mundial declarado por la UNESCO. Entre sus pétreas murallas, se dice, nació en el año 1109 D. Alfonso Henriques, segundo conde del Condado Portucalense de la casa de Borgoña, que dependía del reino de León y que fue el primer rey de Portugal, con el nombre de Alfonso I. Este emblemático lugar, cuna del padre de nación portuguesa, dicen, debe de ser visitado al menos una vez en la vida por todos sus ciudadanos y ya saben que en encuesta pública promovida por su Ministerio de Cultura en el año 2007 fue declarado la primera de las Siete Maravillas Monumentales de nuestro país Hermano.
La estatua del primer rey de Portugal, D. Alfonso Henriques, preside el acceso al Palacio de los Duques de Bragança, del siglo XV, en la histórica Colina Sagrada de Guimarães, colindante al Castelo y a la iglesia de San Miguel do Castelo, donde fue bautizado el que sería el Padre de su independencia y en consecuencia, de la Nación portuguesa.
La Casa del Arco es una de las más impactantes en la Rúa de Santa María, que es la más antigua de la zona intramuros y Patrimonio Mundial de Guimarães, y era donde tenían sus viviendas las familias medievales más importantes y poderosas de la ciudad.
Esta es la bellísima fachada barroca del Convento de Santa Clara, del siglo XVI, que alberga en su interior un extraordinario Claustro neoclásico de dos pisos, que les encantará visitar. Actualmente alberga las oficinas del Ayuntamiento de Guimarães.
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