Las Caldas Villa Termal es la máxima expresión del uso terapéutico y lúdico del agua minero-medicinal, en plena naturaleza a solo 8 Km. de la Capital del Principado, Oviedo – El río Gafo, afluente del emblemático río Nalón, rodea el espectacular Castillo de Priorio – Otra Casa Rural alternativa al Balneario es La Pumariega en Caces – Descubrir la aldea de Siones a solo 3 Km. de Caces es una sensación paisajística singular, con el fondo montañoso de la Sierra del Aramo y si a eso unimos la fuerza creativa culinaria de Dolores, niña-mujer leonesa con formación hostelera veneciana, casada con Gianni, su colaborador en el servicio de su coqueto restaurante La Calenda.
Ya saben que yo trato de ayudarles, para que disfruten sin límites del poco o mucho tiempo libre que dispongan.
Una de las grandes ventajas de Asturias es poderse encontrar muy cerca de las tranquilas ciudades, rústicos valles donde puedan parar el tiempo de sus relojes y disfrutar de la irrepetible naturaleza astur, realizando cardiosaludables paseos como necesario complemento para metabolizar una gastronomía de alto nivel.
Este es mi pequeño o gran homenaje a una niña-mujer, Dolores, que vive y ama su profesión hostelera. De orígenes leoneses, se formó en su inigualable oficio, en Italia, cerca de Venecia; se casó con un italiano, Gianni y buscando un lugar con encanto para enamorarse y vivir, descubrieron la idílica aldea de Siones y en el restaurante La Calenda, quieren sencillamente realizarse, con su esfuerzo, tratando de hacer felices a sus clientes, a solo 11 Km. de Oviedo, Tel. 985 798 290. GPS: 43º 19’ 23” Norte & 5º 57’ 18” Oeste y a 350 m. de altitud.
Ya saben que los restaurantes muy personalizados como La Calenda, al ser pequeños, deben apoyar su labor encargando previamente la mesa y el menú, ya que facilitarán el trabajo de Dolores y reducirá los tiempos de espera al tenerlo todo organizado.
La ensalada Calenda con pera y gorgonzola, por 13 € es una exquisitez o la ensalada templada de morcilla con trigueros y tomate, 13 €. Otros entrantes son: el plato de la huerta (hortalizas variadas a la plancha) 12 €, el parpadelle al ragout de jabalí, 16 €, pero se prepara un mínimo de dos raciones, los raviolis rellenos de corzo con crema de boletus, 10 € y los rollitos crujientes 10 €, el lomo de bacalao confitado con pimientos o el bacalao al horno con costra de almendras y trigueros por 17 € son sencillamente exquisiteces, el magret de pato al aroma de jengibre, 16 €; el solomillo de ibérico con puré de patatas y salsa de grosellas, 14,50 € me encantó y lo mismo del guiso de manitas de cerdo deshuesadas, 15 €. El flan de queso, el tiramisú, la tarta de chocolate o el helado casero valen 4 € y están riquísimos.
Tienen tres especialidades por encargo previo, súper atractivas y son: el risotto del norte de Italia (mínimo 2 personas) a 12 €/persona. El cocido castellano 25 €/persona y un menú italiano extraordinario por 35 €/persona.
Su carta de vinos con 20 variedades es diversa y escogida.
Mis muchos seguidores gourmets de la gama Premium, que buscan sabores, cuidadosa y sensible elaboración, disfrutarán mucho en La Calenda y repetirán con frecuencia pues es un rincón diferente y cálido.
Las raíces venecianas del árbol genealógico de mi apellido, Vidal, hacen más que me emocione con las vivencias italianas de su formación que me contaba en el porche, Dolores, esta genial guisandera leonesa.
En los años 60, cuando era un gourmet extremo y muy exigente tuve la suerte de conocer a una italiana que cocinaba de maravilla un solo plato, habiendo superado con sobresaliente las dos máximas especialidades que había creado el Harry’s Bar: el Carpaccio con solomillo de buey lo preparaba al limón, crudo al estilo tradicional, con mostaza, mayonesa, salsa Worcester, vinagreta agridulce al gusto con pepinillos, aceitunas, etc. y lascas de parmiggiano reggiano, que lo mezclaba con solomillo asado al estilo tradicional caliente, acompañado de puré de patatas, puré de manzana y mermelada de grosella.
Y el famoso cocktail Bellini, lo mejoraba uniendo al Möet Chandon, que es mi champagne favorito, pues no me hace nunca daño al estomago; con puré de paraguayos muy maduros en vez de melocotones blancos.
En plan más low cost, pues el Möet es carísimo, mi consejo es preparar en grandes jarras veraniegas, sangría con vino Ribera del Duero joven, casera y refrescos de naranja a su gusto y muchos paraguayos maduros, troceados finamente y macerados con un poco de cointreau, moscatel y azúcar de caña a su discreción, luego no se les ocurra coger el coche, pues flotarán sobre todas las crisis que se le ocurra organizarnos a nuestro genial comandante en jefe, el Sr. Zapatero, y el carpaccio frío-caliente con solomillo de ternera astur, no hay buey italiano que lo mejore. |